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Sancochito

NOTAS INTERESANTES RECIBIDAS POR E-MAIL


CORTADORA DE PEPINOS

Enviado por Renato Alcántara

Un hombre trabajaba en una fábrica de enlatado de pepinos.

Un día le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: Un impulso incontrolable de colocar su pene en la cortadora de pepinos.

Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo.

El marido prometió que lo pensaría, pero continuó repitiéndole y repitiéndole a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, aburrida, un día le dijo:

Mételo en la cortadora de pepinos y no me jodas más, ¡es tu problema!

Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo y profundamente abatido.

-¿Qué pasó, querido? le preguntó la mujer, preparándose para lo peor.

-¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene en la cortadora de pepinos?

-¡Oh, no! - gritó la mujer - ¡dime que no hiciste eso!

-¡Sí, lo hice!

-¿Oh Dios, y qué paso?

-Me despidieron, respondió el marido.

-Y, eh... ¿la cortadora de pepinos! ¿Qué te hizo?, ¿te lastimó?

-¡Noooo, a ella también la despidieron!

PENSEMOS Y DESPUES HABLEMOS

Enviado por Elpidio Gotay

Frank J. Abreu es un viejo taxista conocedor de las cosas que identifican a los pueblos de República Dominicana. Un día, en el aeropuerto internacional de la capital, entró a su carro el pasajero Eusebio Marmolejos, un joven nacido en Nueva York, hijo de padres dominicanos, que quería ir a Higüey.

Antes de llegar a su destino tenían que pasar varios pueblos y, cuando entraban a uno famoso por sus beisbolistas, el pasajero leyó en voz alta un letrero que dice: “¡BIENVENIDO A SAN PEDRO DE MACORIS!” y el chofer, sin pensar, exclamó: “Tierra de peloteros y cueros (prostitutas)”. El pasajero, con cara de tristeza, dijo: “De ahí es mi mamá”. Sin pensarlo, el chofer preguntó: “¿Qué base juega ella?

LEGALMENTE HABLANDO

Enviado por G. A. Montilla

Don Ramón Perdomo fue a la casa-oficina de su vecino, el abogado Carlos Ricochet, y le dijo: “Doctor, ¿qué debe hacer el dueño de un perro si su animal le come 25 pesos de carne de res a un vecino?” Cuando el jurista respondió que la solución sería pagar la carne, don Ramón expresó, riendo, “entonces usted me debe 25 pesos por la carne que me comió su perro”. El abogado se paró y dijo: “vecino, es usted quien me debe 25 pesos, porque yo cobro 50 por cada consulta”.

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Un grupo terrorista asaltó el edificio en el que se efectuaba un Encuentro Nacional de Abogados y quedaron secuestrados todos los juristas. El jefe de los terroristas llamó por teléfono a una emisora radiofónica y dijo: “Si antes de las tres de la tarde el Gobierno no nos entrega un millón de pesos y un helicóptero para escapar, cada media hora soltaremos (dejaremos que salga) un abogado”.

FIESTAS EN CASAS DE AMIGOS

Enviado por Juan Nolasco

Si te invitan a una fiesta en una casa de familia, no vayas con amigos invitados por ti, porque tu no sabes si los dueños de la casa desean recibir desconocidos, ni si habrá suficientes sillas, mesas, bebida y comida para tus acompañantes.

Si te mantienes en el lugar de la fiesta (la sala y/o el patio de la casa), nadie pensará en ti cuando se pierda algo en un dormitorio.

La invitación para una fiesta no te autoriza a meter las manos en la nevera. Y, para regresar a tu casa, no esperes que los anfitriones te digan que tienen sueño, porque son muchos los que sufren por no atreverse a decirle a sus invitados: “señores, es muy tarde, se acabó la fiesta”. Lo mejor sería que las invitaciones se hagan indicando a qué hora termina la fiesta.